sábado, 23 de diciembre de 2006

Memoria histórica

Ciertamente, la memoria histórica no se puede recuperar por real decreto; ni siquiera por Ley Orgánica. Pero la finalidad de la Ley, que se acaba de aprobar, no es esa. Tampoco se trata de recuperar una memoria colectiva; ésta es, desgraciadamente, irrecuperable. Antes de hacer juicios sobre lo que significa "memoria colectiva", le ruego al lector que se detenga un momento en las páginas de los libros de M. Halbwachs. Así evitaremos entuertos como los de los políticos. Pero esto es demasiado técnico. Quizá la pregunta es por qué tanta gente rechaza la Ley. La respuesta es bien sencilla: la dictadura para sus vidas no fue tan horrible, pertenecieron a la mitad de españoles que la aceptaron, pertenecieron al llamado "franquismo sociológico". ¿Si un régimen es aceptado por una mayoría, se convierte automáticamente en democrático? ¿Era la dictadura franquista, en realidad, un democracia carismática? Pues, como si lo quieres llamar "X". Lo cierto es que, desde hace algún tiempo, se sabe que la mayoría por sí no constituye una democracia si no respeta los derechos humanos o, por decirlo, de otro modo, a la Bobbio, no respeta el Derecho de la minoría a convertirse en mayoría.
Desde mi punto de vista, se puede y debe hacer una reprobación moral a los que apoyaron al régimen franquista, al hombre medio que hacía su trabajo burocrático "simplemente" y se limitaba a vivir una vida media:

Y eso por varias razones:

1.- En tiempos de limitación de los derechos, la participación política debe incrementarse. No debe contentarnos las prebendas que el régimen nos ofrece. Ni el seiscientos ni el Trabant pueden justificar o dar pie a un silencio político. Tomando toda la distancia necesaria, esta afirmación es buena para hoy: el ciudadano despolitizado tiene más responsabilidad en los "males del mundo" que el que participa en la sociedad civil. Llegar a casa reventado del curro y sentarse frente al televisor para ver el fútbol puede ser una consecuencia de un horario de trabajo duro, pero la participación política no puede dejarse al margen.

2.-Responsabilidad sí y responsabilidad moral y jurídica. Responsabilidad jurídica y no sólo en los grandes casos; sino en aquellos que adquiirieron propiedades de exiliados o repudiados, de aquellos que obtuvieron puestos de trabajo por su participación política. Y esto, en puridad jurídica, no conculca (ya está bien de oír tonterías de los socialistas estos progres de pro) ningún principio de seguridad jurídica, ni retroactividad....por la sencilla razón de que un ordenamiento jurídico basado en un golpe de Estado no es que sea nulo, anulable...es sencillamente inexistente......cosa distintas es que se aplique por miedo y que muchas leyes del régimen anterior rellenen huecos....pero la cadena de validez se corta en el momento en que la autoridad última es simplemente una autoridad coactiva que se da a sí misma las leyes.